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¿Cómo evitar la obsolescencia tecnológica? | Modernización de sistemas

La obsolescencia tecnológica es una espada de Damocles que pende sobre la cabeza de la gran mayoría de los responsables de TI (CIOs, CTOs, CSOs, etc). Antes o después, todos los sistemas dejan de ser aptos para desempeñar la tarea a la que están dedicados y es necesario sustituirlos por otros. Esta tarea puede ser relativamente sencilla, o implicar a un buen número de elementos de hardware y software interconectados entre sí.

Para evitar que las tecnologías obsolescentes terminen siendo un problema, conviene prever con mucha anticipación las actualizaciones necesarias. Además, es conveniente conocer en detalle qué implican estas actualizaciones para la empresa en términos económicos y de servicio.

Analizar infraestructura para evitar la obsolescencia tecnológica

El primer paso a dar es analizar los sistemas de que dispone la compañía para localizar los posibles problemas que surgirán en el futuro. De esta manera se puede preparar un plan de actualización previo. Este irá poniendo al día las tecnologías sin que en ningún caso sea necesario detener ningún servicio más que lo mínimo imprescindible. En caso necesario, por supuesto, se puede hacer fuera de horas de oficina. Sin embargo, en empresas globales o en muchas aplicaciones del mundo actual, los usuarios están conectados las 24 horas del día. Por lo tanto, conviene minimizar los parones para que no interfieran con el trabajo de los usuarios del sistema.

Con este análisis obtendremos dos tipos de información. El primero es una estimación del tiempo de vida de cada componente de red, hardware, software, etc. Esto permite prever las necesidades futuras y planificar las actualizaciones con tiempo suficiente. El segundo es una idea de las interdependencias que existen entre los distintos componentes.

Esta información es importante, ya que, en función de esta dependencia, puede ser necesario un mayor ritmo de actualización. Por ejemplo, un componente de software obsoleto puede implicar una actualización de toda la plataforma de software y de hardware sobre la que se ejecuta. Es importante tener esto en cuenta, puesto que no todas las actualizaciones vienen marcadas por la obsolescencia tecnológica con los requisitos actuales. También lo estarán por los futuros.

Este es otro asunto a tener en consideración: un análisis del ciclo de vida de los sistemas actuales tiene que tener en cuenta el futuro previsible. Las tecnologías que es probable que se adopten en un futuro modificarán la situación de otros componentes. Por eso es importante no solo tenerlo en cuenta, sino también ser previsores en este sentido y planificar las actualizaciones necesarias para incorporar tecnologías que frenen la obsolescencia tecnológica de algún sistema.

Mantenimiento para retrasar la obsolescencia tecnológica

Si es posible alargar la vida útil de muchos dispositivos y herramientas de software es gracias a un buen mantenimiento. En el caso del hardware, es posible contratar ampliaciones de garantía y servicio de soporte que sea capaz, no solo de resolver incidencias, sino de preverlas y solucionarlas antes de que se conviertan en un problema.

El mantenimiento del software también puede prolongar su ciclo de vida. Es más viable llevar a cabo mejoras evolutivas a lo largo del tiempo que rehacer media aplicación en unas pocas semanas. De modo que es interesante ir poniendo al día las aplicaciones para que la obsolescencia tecnológica les llegue lo más tarde posible.

A propósito del software, es importante tener en cuenta que los componentes de hardware pueden fallar. Lo hacen antes o después. Por ese motivo, disponer de un sistema de copias de seguridad es siempre fundamental. En especial, al trabajar con sistemas de almacenamiento cercanos al final de su vida útil.

Por estos motivos, disponer de una política de mantenimiento lo más completa posible es una de las mejores formas de prevenir la obsolescencia tecnológica. Una ventaja adicional es que el tiempo que se dedica a hacer mantenimiento de un determinado componente permite detectar de forma preventiva problemas que aún no se han manifestado. Esto permite mejorar tanto el conocimiento de la infraestructura y sus limitaciones a futuro como detectar fallos imprevisibles que están a punto de suceder. Incluso los que ya han sucedido, pero todavía no han afectado a los datos o a algún servicio vital para el correcto funcionando de la empresa.

El software open source ayuda a prevenir la obsolescencia tecnológica

Esta no es, por supuesto, una norma universal. Pero muchos productos de código abierto pueden permitir un ritmo de actualizaciones mayor (y sin coste). También el despliegue de una infraestructura más eficiente y escalable. Al no depender de licencias, es posible crear tantas máquinas virtuales como sean necesarias para cada entorno. De modo que no existirá una restricción impuesta por criterios económicos que limite al equipo técnico a la hora de encontrar la mejor solución posible.

Por otra parte, el software propietario a veces dispone de un soporte técnico al uso y de oportunidades de formación que pueden simplificar los costes de mantenimiento y contribuir a la optimización de los recursos disponibles. Por ese motivo es conveniente analizar bien las tecnologías de software a utilizar. Afortunadamente, casi en cualquier situación es posible combinar sistemas propietarios y libres para alcanzar los objetivos de eficiencia, coste y escalabilidad deseados.

Prevenir la obsolescencia actualizando más a menudo y sin gastar de más

Recuerda que la vida técnica de un equipo no siempre coincide con su vida económica. La amortización puede llevarse a cabo en un plazo de entre 4 y 10 años, habitualmente. Estos periodos de amortización influyen en los beneficios de la empresa, ya que cada año se imputa parcialmente en sus cuentas el importe de la inversión. Esto tiene un efecto sobre los beneficios de la empresa, reduciéndolos, lo que a su vez redunda en una rebaja de los impuestos a pagar por este concepto.

Elegir cuándo se debe retirar un equipo, por tanto, también es importante. Si al ahorro fiscal se le suma el valor residual del equipo en el momento de su retirada, la inversión en tecnología puede resultar más asequible. Esto se debe a que si al retirarlo todavía funciona y conserva vida técnica, puede revenderse y rebajar así la inversión necesaria para sustituirlo. De esta forma se facilita que con un presupuesto limitado se prevenga la obsolescencia tecnológica con un desembolso menor. En caso contrario, directamente habrá que eliminarlo sin conseguir dinero por él. Por tanto, la inversión que habrá que hacer para sustituirlo será mayor.

Es posible que, de cara a la prevención de la obsolescencia tecnológica de los equipos y el software de la empresa, sea necesario contar con la ayuda de expertos en modernización de sistemas. Estos se encargarán de analizar el estado de los equipos y las herramientas software que utiliza la compañía para determinar si es necesario sustituirlas ya o será necesario hacerlo en poco tiempo. Si cuentas con su ayuda puedes disponer de la información necesaria para tener tu sistema actualizado, pero también a evitar parones del sistema por averías o fallos de software inesperados.

Sigue leyendo sobre obsolescencia programada aquí.

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