Beneficios del cambio tecnológico para las empresas
El cambio tecnológico es, en muchas empresas, el elefante en la habitación. Todo el mundo sabe que está ahí y que, más pronto que tarde, habrá que hacer algo con él. Por ejemplo, migrar los sistemas legacy. Sin embargo, en muchas ocasiones, nadie quiere ser quien destape la caja de los truenos. Por eso, los adalides de la transformación digital suelen contarse entre las personas más incomprendidas en el mundo empresarial.
Tanto si ese es tu caso como si piensas que no es necesario cambiar lo que funciona, hay varios argumentos que podrás utilizar para convencer o convencerte de que el cambio tecnológico no solo es necesario, sino que es una gran oportunidad para que la empresa tome la delantera a su competencia.
Beneficio 1: no quedarse por detrás de la competencia
El primero de estos argumentos es que esos competidores ya están en ello o lo van a estar muy pronto. Este planteamiento a la defensiva puede que no ilusione a las personas más reticentes. Pero sí que las hará pensar en la necesidad de saber qué podrían estar haciendo los rivales para utilizar la tecnología en su beneficio. Especialmente si ya tenemos noticias de los pasos que están dando otras compañías del sector. Esto puede servir para colocar la innovación en la agenda de la compañía.
Pero, por supuesto, hay que dar respuesta a otras preguntas que se abren cuando se empieza a hablar de tecnología. La primera de ellas es ¿qué utilidad puede tener en un negocio tan especial como el nuestro, en el que las cosas funcionan de manera diferente?.
En la inmensa mayoría de sectores están convencidos de ser muy especiales. Sin embargo, la forma de facturar, hacer nóminas, recibir pedidos o atender a los clientes son idénticas a las de otras actividades que no tienen mucho que ver.
Beneficio 2: simplificar procesos con el cambio tecnológico
Una primera aproximación del cambio tecnológico pasa por ver cómo mejorar esas tareas que son independientes del sector en el que se trabaja. Así, por ejemplo, un sistema de firma electrónica puede simplificar las tareas administrativas. Una herramienta de gestión de clientes será de utilidad para el equipo comercial y ayudará a detectar oportunidades de negocio. Y qué duda cabe, la obligación legal de fichar a la entrada y salida del puesto de trabajo es mucho menos incómoda si se emplea un sistema biométrico que firmando en un bloc colgado al lado de la recepción.
Pero esas transformaciones son pequeñas mejoras que, aunque pueden servir para reducir costes y trabajar de manera más eficientes, es poco probable que revolucionen el sector. Es el momento de estudiar el corazón del negocio y de plantearse por qué se hacen las cosas de una determinada forma. Habitualmente, hay motivos históricos para ello que no siempre permanecen vigentes. Si ese es el caso, ¿cómo se haría esa misma tarea si se pensara de cero a fecha de hoy?
Beneficio 3: ser pioneros del sector en cambio tecnológico
El verdadero cambio tecnológico llega a través de un cambio de paradigma: Amazon en la distribución de libros o Apple en el diseño de teléfonos móviles son grandes ejemplos. Pero también hay experiencias sorprendentes, como la de llenar estadios de fútbol americano con espectáculos de ópera que sustituían los vestidos largos y los impertinentes por gorras de colores y perritos calientes.
Alessandro Baricco escribía en su ensayo sobre el cambio “Los Bárbaros” que cualquier cambio de calado tiene como característica presentar una gran mejora en lo que la hace diferente. Al mismo tiempo, también resulta bastante mediocre en aquello que servía tradicionalmente para valorar la calidad del servicio o producto. Hasta la presentación del iPhone, la telefonía móvil competía por hacer modelos de tamaño lo más reducido posible y con una batería que duraba hasta una semana. Actualmente, las pantallas varían entre las 5 y las 6,5 pulgadas y nos conformamos con una autonomía que, a lo sumo, alcanza las 48 horas.
En ese sentido, es importante saber que cualquier cambio tecnológico implica riesgos. Si pensamos que nadie va a comprar un móvil que consume mucha batería o que de nada sirve tener cientos de miles de libros sin un experto librero que recomiende personalmente a cada cliente la lectura idónea, nunca abrazaremos el cambio tecnológico.
Por supuesto, no es necesario jugarse el futuro de la empresa a una sola carta: las pruebas, experimentos y pilotos pueden parecer caros, pero permiten conocer las tecnologías. También comprobar cómo se adaptan a nuestras necesidades y aplicarlas al negocio con una experiencia previa. Además, hasta los experimentos fallidos pueden resultar la mejor inversión en marketing.
Beneficio 4: atraer el talento, gestionar el talento
Las empresas están formadas por personas y de poco sirve disponer de tecnologías como big data, cloud computing o IoT si las personas solo quieren seguir trabajando como siempre hasta que llegue la edad de retirarse.
Para muchos, que una empresa apueste decididamente por el cambio tecnológico es un motivo suficiente para preferir esa compañía antes que las otras del sector. Eso genera un círculo virtuoso que ha permitido a compañías como Google obtener una capacidad de innovación descomunal que, en pocos años, la situó por delante de empresas con una larga y exitosa trayectoria. Si esa ventaja puede obtenerse en el mundo de la tecnología, en sectores más tradicionales la oportunidad de abrir una brecha es aún mayor. La apuesta por la tecnología puede convertir a la empresa en un imán para el talento.
Pero no conviene descuidar el talento que ya existe dentro de la compañía. Hasta las personas más reticentes a innovar han escrito su propia página dentro de la empresa. Es necesario involucrar en la transformación digital a esas personas, que conocen hasta el mínimo detalle los procesos actuales. Incluso quienes ponen más pegas, o especialmente ellos, tienen un papel fundamental. Nada menos que señalar todos los problemas que previsiblemente nos encontraremos por el camino.
Si el talento que viene de fuera puede marcar la diferencia respecto a otras empresas del sector, el que ya tenemos marca la diferencia. Especialmente con posibles nuevos competidores que conozcan bien las nuevas tecnologías, pero no atesoren la experiencia suficiente.
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